15 mars 2009

NOSTRADAMUS



Michel de Nostradamus : Médico, astrólogo y adivino francés, nacido en Saint-Rémy de Provence y muerto en Salon. Su nombre verdadero era Michel de Notredame, y nació en el seno de una familia de judíos convertidos al cristianismo en la que había habido varios médicos de gran celebridad. Tras aprender los rudimentos de la ciencia médica con uno de sus abuelos, estudió en Aviñón y en la Escuela de Medicina de Montpellier. La peste de 1525-1529 le obligó a salir de aquella ciudad y a ejercer como médico, aunque no había obtenido todavía de forma oficial su título, en Narbona, Toulouse y Burdeos. Cuando Montpellier quedó liberada de la epidemia de peste, regresó a esta ciudad, donde por fin obtuvo el título de doctor, y a continuación se estableció en Agen.
En esta otra ciudad se casó y tuvo dos hijos, pero muy pronto fallecieron ambos, al igual que su mujer, lo cual le llevó a emprender un largo viaje de más de diez años en que procuró olvidar sus desdichas familiares y profundizar en sus conocimientos médicos y astrológicos.
En el año 1544 volvió a casarse con una bella heredera de Salon, ciudad en la que fijó su residencia. Su nuevo casamiento le procuró un período de paz y de comodidad muy fructíferos, además de varios hijos que nacieron con el paso del tiempo. Cuando al año siguiente volvió a estallar la peste, sus servicios fueron requeridos en diversas ciudades francesas. En Lyon fue donde cosechó sus mayores éxitos y donde mayor fama ganó, aunque diversas rivalidades y pleitos con varios colegas celosos de su fama le obligaron a volver a Salon, donde se dedicó a escribir diversas obras médicas. En su refugio, profundizó todavía más en bibliografías astrológicas y adivinatorias, y comenzó a redactar él mismo sus célebres Prophéties ("Profecías"), cuya primera edición, que incluía siete "centurias", vio la luz en el año 1555.
Las Prophéties son una obra escrita en verso, en un estilo oscuro y artificioso, y con contenidos enigmáticos que intentaban adivinar el futuro de Francia y del mundo hasta el año 3797, en que se produciría supuestamente el Apocalipsis. Una de sus más célebres predicciones se refiere a la destrucción de Occidente que causarían los pueblos mongólicos del Oriente en el año 1999. Según explica el propio adivino en la primera centuria, su técnica adivinatoria se basaba en sentarse delante de un trípode frente al cual había un recipiente de cristal con agua, hasta que llegase, en forma de llama luminosa, la inspiración profética. Pese a su escasa inteligibilidad, su obra alcanzó una popularidad instantánea que llegó hasta la corte, lo que explica que Catalina de Médicis invitase en seguida al astrólogo a París y allí le cubriese de honores y distinciones. Extraordinaria impresión causó el hecho de que hubiese profetizado la muerte de Enrique II a causa de las heridas recibidas en un torneo. Ello le convirtió en uno de los hombres más apreciados y solicitados de la corte.
En 1558 publicó una nueva edición de su obra, con tres centurias añadidas, que no hicieron sino acrecentar su fama. En el año 1564 le visitaron en su casa de Salon Carlos Manuel de Saboya, la princesa Margarita y el mismo Carlos IX, que le nombró su médico personal. Pero las envidias y celos de muchos colegas lograron, sin embargo, que sobre su persona y su obra gravitasen siempre dudas y existiese una polémica permanente. Durante su vida, nunca faltaron las voces que le denunciaron como impostor y defraudador profesional. Esas críticas aumentaron, lógicamente, tras su muerte, y un siglo después de ella, personajes como Pierre Gassendi demostraron que algunos de sus horóscopos contenían errores muy importantes. A pesar de ello, sus Prophéties siguieron siendo una obra de inmensa popularidad, que se ha estado reeditando, analizando y estudiando desde entonces hasta hoy, y que ha sido traducido a numerosísimas lenguas.
A Michel de Nostradamus se le atribuyen otras obras, aparte de sus célebres Prophéties: el Traité des fardements ("Tratado de maquillajes") (Lyon, 1552), Le remède très utile contre la peste et toutes fièvres pestilentielles ("Remedio muy útil contra la peste y contra todas las fiebres pestilenciales") (París, 1561), y el Traité des singulières recettes pour entretenir la santé du corps ("Tratado de recetas singulares para mantener la salud del cuerpo") (Lyon, 1572).
Michel de Nostradamus fue padre de otro astrólogo del mismo nombre, llamado "El Joven", que publicó, todavía en vida de su progenitor, un Traité d´astrologie ("Tratado de astrología") (París, 1563), y profetizó que el pueblo de Pouzin sería devorado por las llamas. Fue sorprendido cuando él mismo se encargaba de prenderle fuego para ver cumplida su profecía, y ejecutado de manera inmediata en 1574. Otro de sus hijos fue el pintor Cesar (1555-1629), gentilhombre de cámara de Luis XIII y autor de un retrato de su padre que se conserva en Aviñon.

7 nov. 2008

EL FIN DEL MUNDO SEGUN LOS MALLAS

Fin del mundo el 23 de diciembre de 2012. Algunos catastrofistas, incluso aprovecharon la confusión inicial sobre el acercamiento del asteroide 2004 MN4 ese mismo año para “atar cabos”.
Toda la parafernalia asociada al fin del mundo según el calendario maya, no es más que la fiebre típica de otro efecto Y2K, solo que al estilo mesoamericano.
Los mayas desarrollaron un sofisticado sistema matemático en base 20, e incluso entendían el concepto del cero. Muy interesados en los ciclos de la naturaleza y los del universo, fueron grandes astrónomos y su forma de medir el tiempo no estaba relacionada ni con los ciclos lunares ni con los estacionales; de h
echo solo se sincronizaba aproximadamente con el año solar. Aparentemente eran conscientes de la discrepancia existente, pero al contrario que las civilizaciones mediterráneas, no trataron de corregirla.
Tras la invasión española en el siglo XVI dejó de emplearse, y no fue hasta la década de 1990 que los arqueólogos lograron reconstruirlo, a pesar de ciertas divergencias entre los expertos. En estos momentos se cree que existían tres calendarios mayas: el Tzolkin para uso religioso (dividido en 20 períodos de 13 días), el Haab para uso civil (dividido en 18 períodos de 20 días cada uno más 5 días extras al final para la oración, lo cual daba un total de 365 días) y finalmente el conocido como “Cuenta Larga” (o “Serie Inicial”) que simplemente contaba los días desde una fecha de inicio. No existe acuerdo sobre cual fue la fecha elegida para iniciar este último calendario, la mayoría de los expertos cree que se trata de 13 de agosto del 3114 antes de Cristo, pero existen fuertes discrepancias al respecto.
Sea cual sea la fecha ¿por qué esa y no otra? Nadie lo sabe. Lo único que parece claro es que hace referencia a un tiempo anterior al menos en 1.200 años a las primeras evidencias de la civilización Maya, y 3.000 años anterior al desarrollo del sistema de calendarios. Se cree que el formato que empleaban para contar los días (que se dividía en 5 partes) no era flexible, sino que estaba limitado a 1.872 millones de días, de modo que teniendo en cuenta la fe
cha de inicio, este calendario alcanzaría su valor máximo en torno al 23 de diciembre del 2012.
Ahí es donde empiezan las predicciones agoreras. Lo que parece olvidar la gente es que los mayas veían al universo adscrito a ciclos diurnos, lunares, estacionales y solares. Por lo que tiene sentido pensar que el calendario “Cuenta Larga”, al igual que muchos otros (como el chino), fuese así mismo cíclico. Un ciclo ciertamente largo, pero un ciclo al fin y al cabo. No existen razones para pensar que los mayas creyesen que el final de este calendario supusiese el fin del tiempo (al igual que a nadie se le ocurriría pensar que su fecha de inicio marque el nacimiento del mundo). Así pues, pensad en él como un cuentakilómetros gigante en el que una gran cadena de nueves pasará a convertirse en ceros.Según el Calendario del Largo Conteo Maya, el 21 de diciembre de 2012 es el fin de esta civilización humana. Los seres humanos entrarán en una nueva civilización, la cual no tiene ninguna relación con la presente. La gente maya no mencionó la causa. Una cosa es clara: el último día no significará el arribo de ninguna calamidad; en vez de esto, implica una completa nueva conciencia cósmica y una transición espiritual hacia la nueva civilización.
La gente maya no tenía la tecnología avanzada que tenemos hoy, pero eran sorprendentemente expertos en astrología y matemática. Además, había muchos acertijos sin resolver. Ellos tenían avanzados sistemas de rutas, pero no usaban ruedas. Por lo tanto, ellos no tenían que criar ganado y caballos. Sin embargo, conocían cómo fabricar ruedas, ya que después se descubrió que los mayas usaban ruedas para hacer juguetes para sus niños.